Cuando Universidad Católica se imponía por la cuenta mínima sobre Universidad de Chile, el partido cambió completamente de foco tras las bombas de ruido enviadas a Martín Parra.
El arquero de los laicos resultó gravemente afectado por los proyectiles, lo que generó la reacción inmediata de parte de la U: “No puede haber espacio para dudas. Exigimos el castigo más duro estipulado en las bases del torneo”.
Por su parte, el presidente de los Cruzados, Juan Tagle señaló que “Necesitamos abordar este tema de manera integral y no basta con un club de fútbol, nosotros somos incapaces de frenar la violencia solos”.
La medidas tomadas
La mañana de este jueves estuvo bastante movida por parte de la ANFP y la ANFA, los encargados y organizadores del futbol profesional y amateur que organizan la Copa Chile.
Se reunieron para definir que ocurrirá equipos involucrados en el conflictos. Según informó La Tercera, se determinó reprogramar el duelo para que se juegue el tiempo que quedó pendiente.
Justo Álvarez, presidente de la ANFA propuso descalificar a Universidad Católica del torneo por la gravedad de los hechos. Sin embargo, argumentaron que carecía de “fundamento legal” para dicha sanción.
Por lo que durante estos días se definirá la fecha y el horario para reaundar el partido de los 85 minutos que faltaron.
Cabe destacar que se definió por parte del Tribunal de Penalidades, los cruzados deberán jugar sin público al menos hasta que termine la Copa Chile.