El exfutbolista Jean Paul Pineda abandonó con una frase lapidaria la salida del tribunal donde fue formalizado este lunes, tras ser detenido el fin de semana por un nuevo episodio de violencia doméstica. La consigna —“Averigüen mejor”—, lanzada a la prensa mientras se cubría el rostro con una capucha, incendió de inmediato la cobertura mediática de un caso que suma década cargada de polémicas.
Según los informes judiciales, Pineda quedó en libertad, pero con medidas cautelares que incluyen prohibición de acercamiento a su expareja y arraigo nacional, mientras se investigan los presuntos delitos de violación de morada y violencia intrafamiliar psicológica.
Lo que muchos esperaban fuera una declaración, se transformó en una huida abrupta: una frase enigmática, silencio y un tumulto protagonizado por su defensa, que incluso llegó a empujar a un camarógrafo para evitar preguntas.
La frase desafiante de Jean Paul Pineda
Vale recordar que no se trata de la primera vez que Pineda enfrenta a la justicia por violencia de pareja. A comienzos de octubre fue detenido en La Florida por un altercado que derivó en agresión mutua, resultando en lesiones leves y medidas cautelares de arresto domiciliario.
En aquella ocasión declaró públicamente que debía “asumir sus errores” y que buscaba “recuperar a sus hijos”. Sin embargo, los hechos recientes demuestran que la situación familiar y personal del exdelantero dista mucho de estar resuelta.
Este nuevo capítulo —una formalización por irrupción en casa ajena, violencia familiar y una salida mediática marcada por la arrogancia— no solo sacude su imagen pública: pone en evidencia la persistente crisis de impunidad y evasión de responsabilidades en casos donde la justicia vuelve a dar libertades bajo cautelares.
En plena era de sensibilización sobre violencia de género, gestos como este —frívolos, despectivos, desafantes— evidencian lo que mucha parte de la sociedad denuncia: que algunas figuras mediáticas actúan aún bajo la convicción de que pueden zafar con una frase y una capucha.
Por ahora, la justicia seguirá su curso. Pero para muchos, lo más grave ya no está solo tras las rejas, sino en la indiferencia con que Pineda enfrentó la prensa: “averigüen mejor” fue su despedida. Y quedará resonando, incómoda, como símbolo de lo que no se condona.















