El ex chico reality y entrenador personal Camilo Huerta salió con todo ante la demanda presentada por su ex pareja, la empresaria Marité Matus: a través de su equipo jurídico interpuso una excepción dilatoria donde acusa que el reclamo carece de precisión básica.
La demanda, presentada en julio de 2025 ante el Juzgado de Letras de Colina, señala que Matus aportó la totalidad del capital para la instalación de un dispensario de cannabis medicinal y que Huerta operó el negocio a su nombre, excluyéndola de decisiones y utilidades.
Sin embargo, la defensa de Huerta sostiene que los argumentos son “vagos, confusos e inconexos”, sin precisar montos, fechas, documentos o el papel real de la demandante.
El trasfondo es revelador de cómo una separación que parecía centrada en lo sentimental escaló a lo económico: según el escrito legal, Matus acusa una “apropiación indebida del esfuerzo, capital y trabajo” que ella habría destinado al emprendimiento.
Camilo Huerta responde a la demanda de Marité
Huerta, por su parte, afirma que lo que ella califica como inversión, él lo considera un préstamo y que jamás se firmó la sociedad que ambos acordaron.
Más allá de la disputa judicial, lo que está en juego es la reputación de ambos: Matus busca que se reconozca una sociedad de hecho y renderise cuentas, mientras Huerta apuesta a que el tribunal declare la demanda improcedente por falta de fundamentación.
En un escenario donde la exposición pública se mezcla con negocios de alto riesgo, esta batalla pone en evidencia que las relaciones mediáticas pueden convertir una separación en un frente legal complejo.















