Una de las señales tradicionales de la televisión chilena vuelve a estar en el ojo del huracán. El Juzgado Civil de Santiago confirmó esta semana la sanción económica impuesta por la autoridad sanitaria contra TV+, luego de que la estación difundiera un aviso publicitario de un producto con supuestos efectos terapéuticos sin contar con el registro obligatorio del Instituto de Salud Pública (ISP).
La controversia se remonta a marzo de 2022, cuando durante el extinto programa de espectáculos “Me Late” se emitió publicidad del suplemento denominado “Fitpanter”, al que se le atribuían propiedades como control de ansiedad, ayuda para dormir, prevención de grasa y pérdida de peso, sin que la autoridad sanitaria hubiera autorizado su venta ni avalado esas afirmaciones.
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La multa, que asciende a 500 UTM —aproximadamente $34,7 millones—, fue ratificada pese al intento de TV+ de rebajar o anular la sanción ante la justicia civil, argumentando que la fiscalización del ISP habría carecido de “debido proceso” y que el monto había sido arbitrario. El tribunal desestimó esos reclamos y determinó que la estación efectivamente infringió la normativa sanitaria, al promocionar un producto con fines terapéuticos sin la revisión previa del organismo competente.
Canal TV+ pierde en tribunales
Este fallo se suma a un clima judicial tenso para la estación, que además enfrenta cargos formulados por el Consejo Nacional de Televisión (CNTV) en relación con comentarios polémicos vertidos en pantalla por algunas de sus figuras —incluyendo declaraciones controvertidas de panelistas que habrían vulnerado las normas sobre dignidad de las personas en televisión.
El caso de “Fitpanter” pone sobre la mesa una discusión más profunda sobre los límites éticos y legales de la publicidad en TV abierta, especialmente cuando se trata de salud. En un contexto donde el público confía en el medio como fuente de información legítima, la difusión de productos no certificados no solo representa una infracción legal, sino un potencial riesgo para la audiencia. Quizás más allá de la multa, lo que realmente queda en evidencia es la necesidad de reglas más claras y una fiscalización más estricta, para evitar que el entretenimiento y la promoción comercial se mezclen sin resguardos sanitarios.















