Mane Swett ha recuperado una chispa de esperanza en su prolongada lucha por recuperar la custodia de su hijo, gracias a un inesperado vuelco legal. Según informan medios chilenos y estadounidenses, el equipo jurídico de la actriz habría detectado fallas procesales significativas en el caso que podría invalidar una resolución anterior que favoreció al padre, John Bowe.
El error, según los abogados de Swett, está en la forma en que el equipo de Bowe notificó a Mane: nunca se le habría comunicado de manera presencial o por correo, una irregularidad grave que pone en jaque el fallo de primera instancia sobre la custodia.
Si esto se confirma, se abriría una nueva vía para que la actriz chilena reabra el proceso y busque que su hijo retorne a Chile o, al menos, que su relación madre-hijo recupere algún grado de normalidad.
En una reciente audiencia en la Corte Suprema de Nueva York, Swett no ocultó su emoción: “Tengo mucha fe que se va a hacer justicia”, dijo a la prensa, tras afirmar que la batalla continuará “mientras tenga vida”.
Giro clave en la batalla legal de Mane Swett
Esta frase no es solo una declaración emotiva, sino la manifestación cruda de una mujer que siente que su maternidad ha sido secuestrada por fallos legales y procedimientos poco transparentes.
Pero este episodio no llega en un vacío mediático: en los últimos meses, Mane Swett ha expuesto el costo emocional de la disputa. En septiembre publicó un desgarrador poema en redes sociales, confesando que se siente “rota”, una versión vulnerable y alejada del brillo televisivo que la hizo famosa. Por su parte, sus críticos, como Daniela Aránguiz, han tildado su lucha de “egoísta”, argumentando que insistir para traer al niño a Chile podría ir en contra de su felicidad.
Este vuelco legal también coincide con otro gran golpe: hace semanas, la Corte Suprema de EE.UU. rechazó una apelación definitiva de Swett para revertir el fallo que consagró la custodia de su hijo a su padre.
Aun así, su defensa logró reactivar el caso al detectar los errores de notificación, lo que abre un dilema judicial profundo: ¿puede un fallo aparentemente cerrado volver a abrirse si se demuestra que no se respetaron garantías básicas de procedimiento?















