El filántropo Leonardo Farkas volvió a poner la voz en la política chilena a pocos días de la decisiva segunda vuelta presidencial entre Jeannette Jara y José Antonio Kast, convocada para el próximo 14 de diciembre.
En medio del ambiente electoral más tenso de los últimos años en el país, el empresario —conocido por sus apariciones públicas y gestos mediáticos— hizo un llamado explícito a la tranquilidad, al respeto de los resultados y a evitar violencia post-elecciones, frase que expuso como principal consigna civil para este balotaje polarizado.
Farkas, quien regresó al país temporalmente para emitir su voto y participar también en actividades deportivas y sociales —incluyendo un torneo de pickleball en Las Condes y la inauguración de viviendas para familias damnificadas en Quilpué— afirmó que lo más importante tras la elección es aceptar el resultado y evitar reacciones extremas como marchas o disturbios sin importar cuál de los dos candidatos triunfe.
“La gente tiene cuatro años para darse cuenta quién lo hizo bien y quién lo hizo mal”, sostuvo el magnate en conversación con El Mercurio, subrayando que el proceso democrático exige tranquilidad ciudadana.
Leonardo Farkas irrumpe
Sin embargo, el llamado a la calma de Farkas estuvo acompañado por una crítica implícita al manejo del gobierno actual en temas tan sensibles como la reconstrucción tras catástrofes naturales. El empresario lamentó que una donación significativa para la reconstrucción de viviendas tras incendios en la Región de Valparaíso no haya tenido el impacto esperado debido a dificultades logísticas y de gestión estatal, lo que según él refleja un problema más profundo en la administración pública.
Su postura marca una visión crítica de la situación socio-política del país que trasciende el simple consejo electoral y entra en el terreno de la evaluación del desempeño gubernamental reciente.
El mensaje de Farkas ocurre en momentos en que las encuestas y analistas políticos advierten sobre una elección extremadamente reñida y altamente polarizada entre dos modelos de país diametralmente opuestos.
Jara, actual ministra y figura del progresismo, busca ampliar su base de apoyo entre votantes moderados y segmentos que rechazaron las opciones de derecha tradicionales, mientras que Kast, líder del Partido Republicano, ha consolidado un bloque sólido del electorado conservador apelando a seguridad, control migratorio y orden público como ejes de su campaña.














