Tras 18 años de espera, el proyecto de mejoramiento de la Ruta G-21, conocida como Camino a Farellones, volvió a fojas cero.
¿La Razón?, el consorcio Ruta G-21 S.A. -que componen las constructoras Icafal y Compax- hizo uso de una cláusula de salida presente en el contrato y prefirió abandonar el proyecto.
La iniciativa, que viene sometiéndose a procesos de licitación integrales y por partes por parte de la Dirección de Concesiones del Ministerio de Obras Públicas (MOP) desde 2005, cuando se lanzó públicamente los estudios de prefactibilidad.
El proyecto de mejoramiento de la Ruta G21, busca unir Las Condes y Lo Barnechea en un trazado de 31,48 km.
La concesión iría desde la intersección de avenida Del Monte con la Ruta G-21 y finaliza en la bifurcación a los centros invernales, correspondiente a la curva 40 de la Ruta.
Hace unos días, la concesionaria Ruta G-21 notificó al MOP su decisión de abandonar el contrato de concesión para la explotación, suscrito en 2019.
Esto, poco antes de conocerse que la Comisión de Evaluación Ambiental despachó la aprobación de la Resolución de Calificación Ambiental (RCA) de la iniciativa el pasado miércoles.
Este permiso, que era una de las últimas trabas que impedían el inicio de las obras de intervención, demoró casi tres años en su tramitación, lo que habría motivado la decisión del titular de la concesión.
La visión del MOP
Frente al abandono de la obra, el MOP indicó que de acuerdo al contrato, tanto la cartera como la concesionaria «tienen la facultad de solicitar la extinción anticipada del contrato si transcurridos 24 meses desde la fecha del ingreso del EIA».
La cartera reconoció que dicho plazo se cumplió en octubre de 2022, por lo que la renuncia de parte de la concesionaria se ajustaría al contrato.
La Dirección General de Concesiones (DGC) añadió que «le dará continuidad al proyecto para lo cual está evaluando las alternativas que garanticen el cumplimiento de los objetivos».
En tanto que el Alcalde de Lo Barnechea, Cristóbal Lira, lamentó el desenlace del proyecto.
«El camino presenta mucha dificultad, es un camino que ya está totalmente sobrepasado, que ha tenido de repente tacos hasta 5 horas, justamente porque no está preparado para recibir ese flujo de gente», alegó.
Según el alcalde Lira «es un camino que requiere, sin duda, una modernización y acortar las curvas como estaba planificado (…) Es absolutamente necesario hacerlo y por lo tanto, el que una cosa se haya demorado tantos años es una complicación enorme», dijo a Emol.