El aspirante presidencial de derecha salió al paso de las críticas luego de su participación en el debate organizado por Asociación de Radiodifusores de Chile (ARCHI), defendiendo su estilo como una postura “de fondo” y no de consignas ni frases hechas. Para él, la acusación de evasión no pasa de ser una simplificación de quienes buscan titulares fáciles.
Durante una visita a la corporación Coanil, Kast sostuvo que el centro del debate, lo que realmente importa para Chile hoy, es —en su visión— la seguridad pública: desde la delincuencia, la violencia en barrios, hasta el narcotráfico. Según el candidato, ese asunto “fue el gran ausente” mientras los críticos se concentran en cuestionamientos superficiales.
José Antonio Kast responde críticas
La frase “no todo se responde en blanco o negro” se convirtió en su escudo: Kast cuestionó la lógica de preguntas cerradas —sí o no— electorales, y propuso un esquema donde las respuestas deben matizarse, dependiendo del contexto, la situación económica, demográfica, y otros “detalles que importan”.
El debate de ARCHI estuvo plagado de momentos tensos, especialmente cuando se le pidió al candidato explicitar su posición sobre recortes presupuestarios —unos 6 mil millones de dólares— en 18 meses, sus eventuales recortes al gasto social y la futura vigencia de políticas como la jornada laboral de 40 horas.
En esos pasajes, Kast optó por la ambigüedad, prefiriendo comprometerse a “estudiar las cifras” o “volver a evaluar el impacto”, antes que firmar promesas concretas. Esa omisión deliberada ha sido calificada por su rival, Jeannette Jara, como una evasión sistemática: “Cuando a mí me hacen una pregunta, la respondo de frente, no con un ‘depende’”.
Para Jara y sus seguidores, esa estrategia no es sólo ambigüedad: es una declaración de modus operandi. Y como tal, representa una advertencia: bajo ese estilo, cualquier promesa puede convertirse en humo, y la incertidumbre podría ser la norma.















