En un nuevo round de lo que promete ser una campaña encendida de cara al balotaje del 14 de diciembre, la abanderada de la centro-izquierda Jeannette Jara lanzó este jueves una ofensiva directa contra José Antonio Kast y su discurso de mano dura, cuestionando lo que considera una mezcla de oportunismo y ambigüedad. “Tener mano dura no significa andar diciendo depende”, advirtió Jara, aludiendo a una falta de claridad en las posturas de su rival.
Durante un acto en la comuna de San Bernardo —donde presentó las primeras 100 medidas de su eventual gobierno— Jara fue tajante: “Si uno quiere liderar de verdad, tiene que saber asumir los costos. Puede que lo que uno diga no le guste a todos… pero tiene que saber tomar decisiones y asumir los costos que esto tiene”. Kalibrando la crítica, acusó indirectamente a Kast de esconderse detrás de “cascos, chalecos antibalas y vidrios blindados”, en contraste con su postura: “estar en la calle, dar la cara y con coraje”.
Jara desafía el voluntarismo
Pero no se quedó ahí. Jara volvió al centro del conflicto al apuntar al círculo íntimo de Kast: el economista Jorge Quiroz —vinculado a casos de colusión en farmacias, pollos y papel confort—. “¿Para quién va a gobernar? ¿Para los chilenos y chilenas o para los que se coluden?”, le preguntó a Kast. Según la candidata, ese tipo de alianzas revelaría “de extrema gravedad” las prioridades del eventual gobierno de la derecha.
La embestida de Jara apunta a desnudar lo que ella considera la falacia de “mano dura sin convicción”: una retórica ramplona, con promesas de fuerza y control social, pero sin un plan claro ni responsables creíbles. En un Chile convulsionado, donde la seguridad y la migración concentran la atención de los electores, Jara apuesta por confrontar con argumentos, no con eslóganes.
En un contexto donde cada slogan puede mover votos, la candidata deja en evidencia uno de los dilemas centrales de esta elección: ¿quién tiene la autoridad moral y política para prometer orden —y bajo qué bases lo hará? Jara propone decisiones concretas, cara visible y responsabilidad. Kast, por ahora, parece seguir en terreno movedizo.















