En plena recta final de la campaña electoral, el foco migratorio volvió a incendiar el tablero político. El diputado Johannes Kaiser rompió el silencio: acusó a la candidata oficialista Jeannette Jara de falsear su propio discurso. “Jamás propuse empadronar o regularizar inmigrantes ilegales”, sentenció Kaiser tras las declaraciones de Jara en un debate presidencial.
Jara, por su parte, ha insistido en que su propuesta no busca la “regularización automática” — como acusa la derecha —, sino un empadronamiento nacional para los más de 330 mil migrantes irregulares en Chile.
Su argumento: “no sabemos quiénes son, si tienen trabajos, antecedentes, dónde viven”. Pero para Kaiser esa distinción no cambia nada: “La candidata miente de nuevo”, replicó en redes sociales.
“Jara miente de nuevo”
El choque no es menor. Detrás del debate de definiciones legales y semánticas, se filtra una pulseada de credibilidad y estrategia electoral. Mientras Jara busca posicionarse como “seria y sensata” en un tema sensible, Kaiser dibuja una narrativa de engaño: acusa que las promesas se construyen sobre amenazas y medias verdades.
Las tensiones se agravan considerando el creciente rechazo ciudadano a la inmigración irregular: según sondeos recientes, un porcentaje mayoritario de la población cree que los inmigrantes “tienen más privilegios”.
Además, el contexto aporta más leña: planteamientos anteriores de Kaiser exponiendo una migración “sin beneficios para ilegales” — incluyendo expulsiones y negación de derechos básicos como educación — han generado rechazo en amplios sectores moderados.














