«Chile enfrenta en 2020 una de las peores crisis económicas de su historia y la CEPAL estima que el PIB del país se contraerá un 6%. La caída del producto debido a la crisis social que se inició en el último trimestre de 2019 continuó con el debilitamiento de la actividad económica en los primeros meses de 2020″.
Con estas inquietantes palabras calificaba a mediados de 2020 la Comisión Económica para América Latina y el Caribe el devenir económico deChile, que por ese entonces recibía fuertes azotes de la inestabilidad política decantada tras las revueltas sociales del 18 Octubre, enfrentaba su primer año de pandemia, sin conocerse aún si existiría alguna vacuna que mitigara los efectos del Covid-19.
Sumado a ello, el país se aprestaba a enfrentar una dura confrontación política empujada por los sectores de izquierda que azuzaban a la población para exigir ayudas económicas cada vez más robustas, y que terminaron por empujar cuatro retiros de los fondos de pensiones.
Desde entonces y hasta nuestros días, en que millones de chilenos se enfrentarán una histórica decisión este domingo 4, el panorama ha estado lejos de mejorar. Tras el fuerte auge del consumo generado por los cuatro retiros de los fondos de pensiones -desde la segunda mitad de 2021-, los chilenos estamos atravesando un nuevo episodio de incertidumbre, en el que reinan la desconfianza sobre el sistema, la alocada forma de redactar un proyecto de Constitución llevada a cabo por los constituyentes, y el nefasto pero rápido tránsito desde una economía sobre calentada a un enfriamiento extremo.
Si a todo esto se suma la potente inflación que Chile atraviesa, podemos concluir que quizás más allá del Plebiscito Constitucional, la prioridad del país quizás no debe el reordenamiento institucional político, sino encontrar una rápida salida de este túnel, la verdadera crisis. Una que Chile no enfrentaba hace más de tres décadas.
Hace pocos días, Bloomberg publicó un análisis del momento económico que vive Chile. «Economía chilena siente la resaca tras la fiesta del consumo», fue su titulo y no pudo resumir mejor el deterioro institucional, decantado en una fuerte crisis económica que afecta al país.
Según la agencia internacional especializada en negocios, la debacle del factor económico actual contrasta con lo ocurrido hace solo unos meses, cuando el consumo estaba disparado debido a que la clase política -empujada por sectores totalitaristas- convenció a la tribuna que era mejor gastarnos nuestros propios ahorros que recibir las ayudas fiscales de emergencias.
Por otro lado, el País de España también dedicó varias de sus prestigiosas columnas para exponer el caso chileno en septiembre pasado. «La pandemia ya no es el riesgo mayor de la economía chilena, que en las últimas tres décadas ha sido de las más estables de la región», afirmaba la columnista Rocío Montes.
Añade que «economistas de diferentes sectores políticos concuerdan en que el problema está en una salida desordenada de la crisis, por el gran impacto de los consecutivos retiros de los fondos de pensiones sobre el sistema financiero».
El cáncer de la inflación
Hasta julio pasado, los trabajadores y pensionados habían retirado desde sus cuentas de pensiones más de 41 billones de pesos (unos US$47.000 millones) en tres retiros. Si a eso se añade que el Gobierno de Sebastián Piñera trató de detener esta vorágine ofreciendo bonos e implementando un cuantioso fondo de estímulo económico (US$ 35 mil millones) ¿Alguien podría dudar que el país no se iba a sobre calentar?.
Tal como afirma Bloomberg, para una economía de US$300 mil millones, ese tipo de inyecciones de dinero fresco a la demanda interna, obviamente nos iba a traer a este escenario.
Con todo, los cálculos indican que la economía crecería solo 0,3% el próximo 2023, lo que supone un rango de expansión de los más bajos de Sudamérica, y sólo superados por Argentina y Bolivia.
Por otro lado, otro duro golpe, esta vez no detonado también por la incertidumbre política, fue la inesperadamente rápida depreciación del peso chileno, que se transformó en una de las monedas de peor desempeño de la región en 2022, cayendo por casi 12%.
Pobreza
Chile, durante las últimas tres décadas se enorgullecía de ser la economía mas estable de toda América Latina. Pero los efectos de fenómenos sociales como la revuelta violentista, la falta de gobiernos decididos y la inestabilidad política están generando una rápida caída, de la que costará años levantarse.
Lo preocupante de todo es que este tipo de crisis no solo golpea a la macroeconomía nacional y los ingresos del Estado, sino que azota con particular fuerza a los pobres, que quizás perderán por años la oportunidad de emerger.
Con todo, si hace dos años las ofertas de televisores, autos nuevos y videojuegos eran la vedette, desde hoy y hacia el futuro quizás el país vuelva a presenciar imágenes desgarradoras de personas sin alimento pidiendo en las calles.