Los socialistas y la nueva constitución han sido una relación de amor y odio tras los sendos fracasos que han tenido.
Como parte del gobierno de Boric, el PS ha tenido que sufrir todos los embates de su administración y su derrota política.
Luego de haber apoyado el primer proceso constituyente, las asamble y el apruebo de salida no han habido más alegrías.
El 4 de septiembre fueron arrasados en la urnas por más de 8.5 millones de chilenos y siguieron insistiendo en su proyecto.
Sin embargo el pueblo les ha hecho pagar su apoyo al gobierno y volvieron a golpear duro a la izquierda, incluído el PS.
El 7 de mayo fueron destrozados en las urnas viendo como el Partido Republicano de José Antonio Kast ganaba las elecciones.
Sin mucho ánimo democrátio entonces, es que los socialistas y la nueva constitución no han sido buenos amigos.
Las reformas al nuevo proceso
Y esta vez no fue la excepción luego que un grupo de parlamentarios del PS busquen, de manera mañosa, entorpecer el nuevo proceso.
Es por esto que buscan cambiar las reglas del proceso a partir de dos vías que buscan a través de una reforma constitucional.
La primera es reducir el plazo de trabajo del consejo constitucional de 6 meses a 2 meses cambiando las reglas del juego.
La segunda es incluir en el plebiscito de salida una tercera opción que implique aprobar o rechazar el texto del consejo o el de la comisión experta.
Como era de esperar, la iniciativa generó una ola de críticas incluyendo a la presidente del PS Paulina Vodanovic.
«Este proceso no puede alterarse ahora, que está en curso, y mucho menos después de que está elegido el Consejo Constitucional. Parece ser una reacción al hecho de que la derecha tiene mayoría. No hay que temerle al diálogo ni a la democracia» expresó.