Después de años de especulaciones y silencio mediático, Gissella Gallardo rompió su pacto de discreción y decidió revelar públicamente lo que, hasta hoy, quedó guardado tras cortinas: el verdadero motivo que provocó la separación -y posterior crisis – con Mauricio Pinilla. Lo hizo en un episodio reciente del programa “Hay que decirlo”, donde confesó que un rumor de infidelidad fue, en su momento, suficiente para derrumbar la confianza y dar por terminado su matrimonio en 2023.
“No sé si contarlo… la verdadera razón por la que yo me separé… fue porque a Mauricio le llegó, supuestamente, que yo le había sido infiel”, relató con voz temblorosa. Según ella, la acusación provino de una conocida que le transmitió esa versión al exfutbolista. Un rumor que, aunque nunca se comprobó, bastó para fracturar la relación familiar con tres hijos.
Durante años, Gallardo mantuvo reserva, incluso durante su declaración pública de reconciliación en marzo de 2025. Entonces dijo que decidieron retomar su relación tras un proceso terapéutico intenso, destacando que Pinilla parecía haber cambiado y merecía una nueva oportunidad.
El crudo testimonio de Gissella Gallardo
Hoy, sin embargo, decidió que los motivos debían salir a la luz: con honestidad y sin edulcorar, admitió que su separación no fue por un quiebre gradual o desgaste, sino por la sombra de una infidelidad atribuida —aunque nunca confirmada.
Este testimonio público no solo pone en evidencia las heridas íntimas que muchas veces la farándula arrastra detrás del glamour mediático, sino que expone también la fragilidad de los lazos cuando la duda se filtra en lo más privado: la confianza.
Para Gallardo, el costo fue alto: “hubo tres años de silencio, de miedo y de reconstrucción”. Para Pinilla, asomó la cuenta de una traición que —según ella— nunca existió. Para ambos, la reconciliación fue un intento de reparación. Pero la confesión de hoy reabre la herida, y obliga a preguntarse: ¿puede el amor sobrevivir a una acusación interna que nunca se comprobó?















