Recientemente se dio a conocer un oficio del Ministerio de Agricultura al Servicio Agrícola Ganadero (SAG), en el que instruye prohibir la entrega de certificados que autoricen una subdivisión por más de cinco mil metros a proyectos de áreas rurales. Esta decisión del gobierno ha generado gran controversia ya que, en rigor, esto significaría el fin de las parcelas de agrado.
De acuerdo a la legislación vigente, las parcelas de agrado pueden ser subdivisiones de un terreno o paño mayor, trámite que regularmente se usa para sacar mayor provecho económico, especialmente al ser traspasadas y/o legalizadas como de uso habitacional.
Sin embargo, han surgido críticas por el excesivo uso del suelo agrícola para otros fines y con ello una afectación en el ecosistema, situación que ya fue tema de discusión en el Congreso Nacional. Desde comienzos de este año la norma está siendo replantead en la comisión de Agricultura del Senado.
El problema que se estaría presentando, es que se habla de loteos que simulan ser de uso agrícola, pero que en realidad tienen un uso habitacional o amenazan el ecosistema de la zona. Sobre todo, en el contexto de un fuerte desarrollo inmobiliario.
“Estamos en las discusiones técnicas para determinar cómo se exige seriedad o se da plazo para las regulaciones, que los sitios muten de destino habitacional a hacer algo agropecuario porque tienen predios rústicos”, sostuvo el Ministerio de Agricultura al respecto.