En medio del terremoto político que desató el triunfo de José Antonio Kast en las elecciones presidenciales de diciembre de 2025, un saludo fuera de protocolo —hecho público ahora por el periodista Sebastián “Cuchillo” Eyzaguirre— se transformó en símbolo de una alianza informal entre la nueva ultraderecha y sectores radicalizados del discurso mediático.
Un gesto que, más que afecto, proyecta tensiones internas y contradice la narrativa de unidad que el líder republicano ha intentado instalar.
El saludo entre Kast y “Cuchillo” Eyzaguirre
El registro difundido por Eyzaguirre muestra a Kast celebrando de manera efusiva junto al comunicador, a quien muchos medios identifican por su estilo incendiario en redes y su festinación abierta al proyecto político que ahora llega al poder.
Ese saludo, que el propio Eyzaguirre decidió revelar públicamente, funciona como una declaración más que simbólica: no es solo un gesto entre conocidos, sino una señal explícita de puentes entre la derecha oficial y voces que difícilmente podrían considerarse moderadas.
El contexto no es menor. El triunfo de Kast marcó el giro más profundo a la derecha en Chile desde la vuelta a la democracia, derrotando a la coalición progresista con un 58 % de los votos en un clima de polarización intensa.
Ese resultado reconfiguró alianzas, tensó liderazgos y obligó a sectores que tradicionalmente operan en la periferia mediática a reclamar protagonismo en la nueva etapa política. El gesto entre Kast y Eyzaguirre puede leerse como un reconocimiento público a ese activismo hiper-visible, pero también como un desafío a quienes aspiran a un tono más institucional o mesurado
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