El ex número uno del mundo en tenis, Marcelo Ríos, reapareció públicamente para articular una posición política que no deja lugar a matices: anunció su voto para el candidato Johannes Kaiser en las elecciones del domingo 16 de noviembre, y al mismo tiempo soltó una crítica que recalca su desencanto con el actual gobierno de Gabriel Boric.
En un video publicado en sus redes sociales, Ríos no se guardó nada: calificó esta administración como “una mierda” y dijo que “se han robado plata, han perjudicado a los chilenos de muchas maneras”.
Además, cuestionó profundamente la imagen del mandatario: “tener un presidente que no se sube el cierre del marrueco frente a otras personalidades o que anda con zapatos sucios… me avergüenza tener un presidente así”.
Marcelo “Chino” Ríos pone al descubierto su voto
Al revelar su apoyo a Kaiser, Ríos explicó que su criterio para elegir se reduce a un adjetivo contundente: “busco al presidente más perro, que vaya con convicción”.
Con ello, no solo alude al estilo duro y combativo, sino que pone en primer plano que su prioridad está en “sacar al país adelante” más que en alianzas políticas tradicionales.
Más allá del valor simbólico de la voz de un deportista famoso, lo relevante de este episodio es cómo Ríos articula una narrativa de insatisfacción ciudadana combinada con un gesto de apoyo explícito hacia la extrema derecha.
Con estas declaraciones, el “Chino” redefine su rol: ya no solo figura del deporte, sino influencer político que se suma al canto de alarma en torno al orden público y la seguridad ciudadana —temas que él explicitó como factores decisivos de su voto.
La pregunta que queda flotando es: cuando figuras mediáticas cruzan la frontera hacia lo político, ¿están expresando verdaderas convicciones o movilizando su imagen para otro tipo de protagonismo? Y en el contexto de una elección marcada por la polarización, ¿cuánto impacto real tendrá esta inclinación mediática?















