El candidato republicano José Antonio Kast no dio tregua este jueves: salió a responder con dureza las palabras de Gabriel Boric, quien en el foro anual de la Sofofa afirmó que “Chile no se cae a pedazos”. Para Kast, esa frase no solo raya en el optimismo hueco —es una muestra de desconexión total con lo que viven “familias reales”, afirmó.
Desde una actividad en terreno, el exdiputado arremetió: dijo que Boric debería “preguntar a los familiares de las 40 mil personas que mueren cada año por no tener acceso oportuno a salud”, o a quienes hoy no saben si sus hijos tendrán dónde estudiar el próximo año.
“Ese Chile no es el que él ve. Ese Chile está lleno de desempleo, informalidad, espera, miedo”, lanzó con dureza.
Pone contra la pared a Gabriel Boric
Para Kast, la elección que viene no se trata de fe o de consigna; es una apuesta por lo concreto: “cambio real y esperanza”, en su definición. Hizo un llamado directo al electorado: “Si creen lo que dice Boric, pueden votar por Jara. Pero si quieren verdad, nosotros somos su opción”.
Este cruce verbal desnuda algo más que diferencias políticas: revela dos Chile paralelos. Uno —el que describe Boric— que dice haber sorteado la crisis, que se confía en la gestión, que ve avances macroeconómicos.
El otro —el que describe Kast—, plagado de carencias estructurales, desigualdad, urgencias cotidianas que no figuran en los discursos oficiales. En una campaña marcada por la polarización, la pregunta no es cuál versión convence más: es cuál error o qué olvido el electorado está dispuesto a tolerar.















