«En ninguna parte del mundo la policía sale a combatir el delito regalando caramelos y flores», dice Jaime Ravinet.
Así el candidato a consejero constitucional, Jaime Ravinet, definió su postura frente al rol de la policía frente a la delincuencia que afecta al país.
El ex ministro de Ricardo Lagos y Sebastián Piñera es candidato para convertirse en consejero constitucional por Evopoli.
Para Ravinet, la nueva constitución «debe estar acorde con el siglo 21».
«Y debemos, por lo tanto, tomar este paso con seriedad. Sin votos desde la ducha ni disfrazados, sino con conocimiento y experiencia», afirma.
Entre los pilares de su candidatura, la seguridad es fundamental: «La gente hoy tiene miedo, vive en encerrada y por eso la futura Constitución debe establecer algunos principios básicos».
Detalla que esos tres principios fundamentales de su propuesta apuntan a traspasar al Estado la obligación de mantener el orden público.
Además, garantizar el derecho de defensa a las víctimas del delito.
También, entregar a la Presidencia la potestad de expulsar a los extranjeros involucrados en delitos.
Más respaldo a Carabineros
«También creo que se debe fortalecer la facultad de los carabineros para que empleen sus medios y sus armas para repeler al delincuente», afirma.
Hoy, más allá de los eufemismos -precisa- «los únicos que tienen el gatillo fácil son los delincuentes. A los carabineros los enjuician, los suspenden, les quitan sueldo y además tienen que pagarse el abogado».
Añade que «es muy importante que los policías puedan actuar en defensa de la sociedad con sus armas, en forma proporcional y legítima, pero que estén protegidos».
Para el ex ministro de Vivienda de Ricardo Lagos, «en ninguna parte del mundo los policías combaten del delito repartiendo caramelos o flores, tienen que actuar con el poder que el Estado les ha dado y eso está bien», asegura.
El recuerdo de la Convención
Para Jaime Ravinet, «una Constitución es un cuerpo jurídico que debe establecer derechos de las personas para protegerles, reglamentar el funcionamiento de los tres poderes públicos (Ejecutivo, Legislativo y Judicial), y fijar las reglas de la política y la administración del Estado».
Por eso, no se guarda críticas sobre el proceso constituyente rechazado el 4 de septiembre pasado: «lo hizo tan mal la convención constitucional, que finalmente entregó un verdadero mamarracho jurídico» (sic).
Añade que, dicho texto tenía «450 artículos en una suerte de carta al viejo pascuero en que cada uno ponía sus aspiraciones, que en nada tuvo que ver con una verdadera constitución«.
Respaldo a Carabineros: ¿Un tema cultural?
Para el tres veces alcalde de Santiago, el problema de seguridad también tiene una causal en la falta de respaldo a Carabineros.
A su juicio, la crisis institucional que afectó el orden público en Chile también tiene una causal política, que se viene viviendo desde el segundo mandato de Sebastián Piñera y el actual.
«Eso pasa por un factor político también, el Gobierno pasado y este han sido muy débiles con Carabineros y eso se nota. La Ley (Naín-Retamal) viene a protegerlos, no es la panacea, pero es importante que Carabineros tenga ese respaldo».
¿ Se considera un hombre de derecha o centro?
Soy un hombre de centro, sigo pensando igual de demócrata y cristiano».
«Lo que pasa es que ese partido (Demócrata Cristiano)se fue a la izquierda, hoy es una bolsa de gatos, pero pese a todo, yo sigo siendo un hombre de centro», precisa.
Explica que Piensa así porque «creo que el país debe seguir creciendo, pero también creo que debemos preocuparnos de los más pobres».
«Chile debe contribuir a generar igualdad de oportunidades, que el Estado proteja a los que van quedando atrás», asegura.
«Soy un hombre de centro, y por eso estuve por el Rechazo, porque creo en una Constitución que proteja a las personas, que modernice a Chile y que especialmente en materia de delincuencia y violencia, regrese la paz a Chile», remarcó.
Nuevo proyecto constitucional
«Yo creo que hay que cambiar el sistema político porque con 21 partidos políticos es un desorden, y eso ha pasado desde el segundo gobierno de Bachelet».
«Los convencionales creyeron que la Constitución era una especie de varita mágica he hicieron una suerte de carta al viejo pascuero, entonces, pero el tema es mucho más difícil».
Asegura que «la Constitución debe fijar metas y objetivos y las leyes. Y las políticas públicas son las encargadas de implementar ese mandato».
«Quien venga a decir que la Constitución lo resuelve todo, está mintiendo, es un engaño», remató.
«Creo que este procedimiento es bastante más acotado y no vamos a tener el circo que tuvimos en la convención», asegura.
«Los expertos están trabajando bien, partieron bien, nadie votó en la ducha y nadie votó disfrazado, entonces es un comienzo distinto. Y yo espero que el Consejo Constitucional que se va a elegir el 7 de mayo también cuente con personas con experiencia, porque una constitución requiere conocimientos, experiencia y capacidad de diálogo».