«El desafío político es continuar con el debate constitucional hasta alcanzar una Constitución que interprete a la mayoría de chilenos y chilenas».
Este es uno de los pasajes con que el ex Presidente Ricardo Lagos introduce su visión sobre una nueva Constitución, que se difundió ayer, mediante el documento denominado ‘Declaración Nueva Constitución» en su blog y las principales redes sociales que el ex mandatario (2000-2006) usa para difundir su pensamiento.
Pero la relevancia de esta especie de carta abierta no está dada por los planteamientos redactados. Sino en lo que Lagos no dice explícitamente, pero revela entrelíneas.
En la práctica, Lagos plantea que no está de acuerdo con el texto final de la propuesta constitucional y por sus palabras se desprende que el ex mandatario no está dispuesto a aprobar porque sí.
También queda claro que no está por el «apruebo para reformar» que día a día gana adeptos entre las líneas oficialistas que ven en el Plebiscito la derrota a la vuelta de la esquina. Aquí Lagos lanza un nuevo planteamiento, otro camino para lograr un texto constitucional que aglutine el apoyo de la mayoría:
«El desafío político relevante es encontrar la manera de abordar la continuidad del debate constitucional hasta alcanzar un texto capaz de concitar un alto grado de aceptación ciudadana«.
Estas palabras, o más bien las ideas que no plasma directamente en su carta, también denotan que para Lagos es vital que a partir del plebiscito, el país y sobre todo la clase política sea capaz de negociar una salida, una alternativa eficaz y veloz, para sacar a Chile del estado de puna en que parece vivir actualmente:
«Chile necesita y merece una Constitución que suscite consenso y que, más temprano que tarde, nos permita dejar de debatir acerca de ella para convivir dentro de ella».
Claramente, para el ex mandatario, el proceso de crisis en la fe pública vivido en Chile a partir del estallido social no le hace bien a los ciudadanos. Por eso, su misiva apunta a alcanzar rápidamente un consenso, con negociación y con reconciliación.
«Y porque ninguno de los dos textos que puedan resultar del 2 plebiscito del 4 de septiembre está en condiciones de lograrlo, estoy convencido de que el desafío político relevante es encontrar la manera de abordar la continuidad del debate constitucional hasta alcanzar un texto capaz de concitar un alto grado de aceptación ciudadana».
Finalmente, lo que el ex Presidente Lagos no se esconde, son sus críticas al texto finalmente propuesto por la Convención porque incluso enumera largamente los que a su juicio, son las erróneas conclusiones de la convención:
«habría que devolver el nombre del Poder Judicial (…) cambiar la integración y las facultades del Consejo de la Justicia; eliminar la iniciativa parlamentaria en las leyes de concurrencia presidencial (…) reformar el sistema político regulando a los partidos y sentando las bases del sistema electoral (…); revisar a fondo el rol del Presidente de la República y del llamado bicameralismo asimétrico (…) corregir el diseño del Estado Regional, especialmente en fuentes de financiamiento y autonomía presupuestaria y revisar el exceso de organismos autónomos a nivel constitucional, que perfectamente pueden ser regulados a nivel legal».
Revise aquí en texto íntegro de la carta.