Respecto del proceso realizado por la Junta de Aeronáutica Civil (JAC) referido al concurso para la adjudicación de 13 frecuencias aéreas entre Santiago y Lima, JetSMART señala:
En el día de hoy (N. del E.: lunes 23 de octubre), se adjudicaron las frecuencias subastadas a quienes ostentan mayor posición de mercado y mayor número de frecuencias, con el riesgo de acaparamiento de estas sin necesariamente ser utilizadas.
Pese a que la oferta económica presentada por JetSMART en la licitación fue superior a los montos adjudicados en el proceso de 2017 y 2018, que en ese entonces ascendió a 34 millones de pesos en promedio por frecuencia, estas ofertas no fueron suficientes para el proceso ejecutado hoy.
Hoy, LATAM sumó 10 nuevas frecuencias a las 46 que ya tenía dando un total de 56. En tanto, SKY contaba con 20 frecuencias y hoy se adjudicó 3 lo que da un total de 23, pese a que dos de sus frecuencias podrán ser declaradas en abandono y revocadas. En tanto JetSMART, contaba con 14 frecuencias de las cuales 9 vencieron y fueron relicitadas hoy, sin posibilidad de obtenerlas, por lo que quedará con 5 frecuencias para operar que, por lo demás, tienen fecha de vencimiento en abril de 2024, lo que imprime mayor riesgo a la competencia en esta ruta y a la participación de JetSMART.
Esto significa que LATAM tiene hoy el 66,6% de las rutas, SKY tiene 27% y JetSMART contará con un 5,7% de las frecuencias existentes. Esto, debido a que ambos operadores que se adjudicaron las 13 frecuencias ofertaron por ellas más de 4 mil millones de pesos, monto muy superior a los 473 millones de pesos con los que JetSMART obtuvo las 14 frecuencias por primera vez, en 2017 y 2018. Hoy el desequilibrio en el mercado aéreo nacional se agrava profundamente provocando un perjuicio a los pasajeros y consumidores.
Tal y cómo lo hemos planteado a la autoridad desde el inicio de nuestra operación, y específicamente como lo establecimos en reiteradas reuniones y comunicaciones formales durante este año, creemos que este proceso nunca debió llevarse a cabo pues existe una consulta en curso ante el Tribunal de Defensa de la Libre Competencia, TDLC, respecto de la pertinencia de que exista hoy una disparidad entre los actores del mercado nacional, ya que dos de las tres aerolíneas ostentan frecuencias indefinidas y frecuencias de plazo definido, lo que hace de este mercado uno inequitativo, proteccionista, e inflexible ante la entrada de mayor competencia. La autoridad decidió perseverar en este concurso aun cuando los resultados que pueda emitir el TDLC pueden contravenir el proceso.
Hoy JetSMART es el único actor que debe pagar por todas las frecuencias que utiliza, pues no cuenta con frecuencias indefinidas como los otros dos actores nacionales, y además corre el riesgo permanente de perder dichas frecuencias cada vez que se realiza un proceso de licitación, siendo la compañía con menor cantidad de frecuencias y con el uso más eficiente de estas.
Más aún, si un nuevo actor quisiera entrar al mercado, la disponibilidad de frecuencias es escasa y además el sistema de otorgamiento privilegia a actores más grandes y con mayores recursos económicos, pues la única variable de adjudicación es el mayor monto ofertado.
Es urgente revisar el modelo de subasta e identificar los elementos fundamentales que aseguren la competencia en el mercado y eviten la existencia de un sistema inequitativo para los actores de la industria, con el constante riesgo de acaparamiento de frecuencias que no se utilizan y con el fomento a un sistema que no empareja la cancha para todos y no empuja la democratización de la aviación.
No sólo se debe revisar el modelo de licitación de frecuencias, sino que, más aún, Chile debe abordar el tema de fondo y dialogar con Perú para eliminar de manera absoluta de restricciones de frecuencias de vuelo entre ambos países y permitir los cielos abiertos. A la fecha, JetSMART ha transportado más de 741 mil pasajeros con sus 14 frecuencias Santiago-Lima, y luego de este proceso, JetSMART ha perdido 9 frecuencias restándole solo 5, lo que sin duda generará una disminución de oferta en esta ruta. En el actual sistema, con una industria más concentrada, el gran perjudicado siempre será el pasajero.
Así, JetSMART establecerá todos los cursos de acción tendientes a que el Estado invalide este proceso de licitación, por los múltiples motivos ya expuestos.