En septiembre de este año gran revuelo causaron las declaraciones de la ministra de Igualdad de España, Irene Montero, sobre la educación sexual, instancia en la que aseguró que niños y niñas tienen derecho a «tener relaciones sexuales con quienes les dé la gana” en una actuación tan desafortunada como polémica, que traspasó las fronteras de la Madre Patria e hicieron despertar a muchos que ven con preocupación el avance de la ideología de género y su visión de la sexualidad humana, esta vez, orientada a los niños.
Más aún, el hecho abrió una gran polémica sobre los reales alcances que tiene el Estado y quienes están a cargo de su administración en los contenidos y la gestión de este apartado educativo en los menores en dónde se debate sobre si los niños debiesen o no ser objeto de este tipo de formación, sobre todo tomando en cuenta los beneficios o perjuicios que este tipo de temáticas pueden tener en el desarrollo de la infancia y los reales objetivos que tienen este tipo de prácticas.
Hoy, que los proyectos de Educación Sexual Integral (ESI) se han expandido por el mundo, con gran aceptación en los círculos cercanos a la izquierda latinoamericana y española, siendo este último precursor en este tipo de políticas, se les han sumado México y Argentina, quienes han aprobado en parte o en su totalidad este tipo de contenidos los cuáles son entregados a los niños desde los dos años, siendo el Estado el principal responsable de otorgar esta “formación”.
El Caso Chileno
En la cuenta pública de este año, el Presidente Gabriel Boric anunció el envío de un proyecto de ley para implementar la educación sexual integral en niños, niñas y adolescentes, siguiendo el camino de los países anteriormente mencionados y las directrices que la ONU empuja día a día en Chile, con gran aceptación en los últimos años por parte de nuestras autoridades.
Pero qué es la ESI y cuáles son los alcances reales que tiene o tendría en la educación de nuestros hijos?.
En primer término, es importante aclarar que la promoción de esta política, según sus detractores, conlleva un grave error ya que reemplaza el rol prioritario de los padres a educar a sus hijos. Esto está consagrado en la actual constitución y fue uno de los puntos relevantes en el rechazo a la propuesta que hizo la asamblea constituyente, texto en el cual estaban aceptadas estas condiciones de predominancia estatal por sobre la familia.
Qué es la ESI
La ESI, se encuentra dentro de un marco de reformas educacionales que está siendo impulsada en varios países, bajo las directrices -como dijimos- de Naciones Unidas, UNICEF y UNESCO y que han sido aprobadas en algunos miembros de la comunidad hispanoamericana.
De hecho, la Educación Sexual Integral fue declarada un Derecho Humano por las Naciones Unidas, por lo cual busca ser implementado en establecimientos educacionales de todos los países del mundo para que alumnos aprendan acerca de los aspectos cognitivos, emocionales, físicos y sociales de la sexualidad.
Este proyecto comenzó a tomar fuerza en 2019 en Chile y fue la presidenta de la Comisión de Educación de la Cámara de diputados, Camila Rojas (Comunes) quien presentó el proyecto de ley que establece bases generales para que la educación afectiva y sexual de niños, niñas y adolescentes sea impartida desde la enseñanza parbularia, materia que hoy se entrega a los alumnos a partir de 1° medio.
Fue a inicios de 2020 cuando la ESI entró en la primera etapa de tramitación, en cuya comisión participaron 32 expositores, entre ellos los diputados de oposición de la época, Camila Vallejo (PC), Gonzalo Winter (CS), Juan Santana (PS), Cristina Girardi (PPD), Rodrigo González (PPD), Mario Venegas (DC), quienes votaron a favor de ampliar el límite de edad para impartir la educación sexual integral. A ellos se sumó el oficialista Jaime Bellolio (UDI). En tanto que los votos en contra fueron de Chile Vamos: Sergio Bobadilla, Nino Baltolu (ambos UDI), Luis Pardo Sainz, Hugo Rey y Diego Schalper (los tres de RN).
De acuerdo a los impulsores de este proyecto, la ley vigente N° 20.418 está planteada únicamente desde un enfoque sanitario, omitiendo la sexualidad como construcción social y temas como la identidad de “género”.
En Chile las organizaciones que promueven e impulsan la implementación de este programa son: APROFA (filial de PLANNED PARENTHOOD en Chile), Corporación Miles, y movimientos feministas, entre otros.
Dentro de lo más relevante que se plantea aparece que se incluyan programas en materia sexual desde la educación primaria, dando atribuciones particulares al Ministerio de Educación para entregar herramientas e información, para que los docentes puedan abordar contenidos de educación sexual en los distintos niveles de enseñanza.
Uno de los mas discutidos se refiere a que dicha ley, al implementarse bajo el concepto de Derechos Humanos, exija al Estado garantizarlos. Por lo tanto, desde el punto de vista jurídico, se dice que el proyecto estaría vulnerando el derecho preferente de los padres a educar a sus hijos y por otra parte suprime la libertad de enseñanza.
Otro de los puntos relevantes y polémicos, es que la ESI, promueve la educación sexual en niños desde los 2 años de edad, lo cual podría provocar efectos adversos como la hipersexualización, ya que se estarían adelantando conocimientos a niños en edades tempranas, vulnerando el respeto según el rango hetario de los estudiantes y los procesos de formación y neuromaduración de cada etapa del desarrollo.
En conclusión, según plantean quienes son contrarios al avance de esta legislación, es importante destacar que el Estado debe garantizar el derecho de los niños a recibir una educación sin imposiciones ideológicas, respetando sus derechos fundamentales. Situación que, según plantean, al aplicarse esta ley, y de acuerdo a opiniones de diversos actores políticos, su promulgación estaría vulnerando los derechos mencionados.
Otro de los puntos que consideran quienes han defendido la familia, la libertad de enseñanza y el derecho de los padres para educar y proteger a sus hijos es que plantean, como esencial, tener presente que para lograr una educación sexual sana es necesario considerar la relación del cerebro con sus estructuras bioquímicas, que en los niños y adolescentes están en proceso de formación y maduración y que es en esta etapa cuando la educación juega un rol fundamental y tiene el mayor impacto en la formación de la personalidad. Por tal motivo, es imperioso realizar una firme defensa de la niñez, puesto que es el período más importante y significativo para la formación del individuo.
En este sentido, el abogado especialista Magdiel Nicholls indica que «frente al cuestionamiento cabe señalar que la Declaración Universal de los Derechos Humanos en su
artículo 26, N° 3 establece que: «los padres tendrán el derecho preferente a escoger el
tipo de educación que habrá de darse a sus hijos». Esta disposición se encuentra
incorporada en nuestro ordenamiento jurídico en virtud del artículo 5° inciso 2° de
nuestra actual Constitución».
A lo anterior agrega que » los defensores de la idea de reformar la actual ley 20.418, se basan
principalmente en el enfoque únicamente sanitario de su redacción y la omisión de la
sexualidad como construcción social, sumado a la ausencia de temas como “la identidad
de género”.
En ese sentido, en términos de la conveniencia o no de esta propuesta, Nicholls indica que «al parecer no se ha considerado el tenor literal de sus disposiciones, ya que esta ley no tan sólo dice relación con aspectos sanitarios,conforme expresa su artículo 1° y cuyo ámbito de aplicación se extiende a “toda persona”, término último que nuestro Código Civil define como “todo individuo de la especie humana, cualquiera sea su edad, sexo, estirpe o condición” y que ésta debe entregarse “de manera completa y sin sesgo”, de acuerdo “al proyecto educativo”, de acuerdo a las “convicciones y creencias que adopte e imparta cada establecimiento”, en “conjunto con los centros de padres y apoderados”, no debiendo a juicio del suscritolimitarse esta política pública a la enseñanza media, debiendo respetarse lo señalado en la ley citada respecto delalcance de la información y la “necesidad de considerar la edad y madurez psicológica de la persona”, aspectos mas bien requieren una revisión de los alcances en sus disposiciones y no una reforma a priori bajo el discurso de “género”, concluyó.
La experiencia comparada
Una de las más relevantes intelectuales chilenas que sostiene una posición contraria respecto del desarrollo de la ESI, la ideología de género y otros temas que el progresismo ha asumido como banderas de lucha es Daniela Carrasco.
Es redactora de La Gaceta, además politóloga y miembro de la fundación Jaime Guzmán, ha desarrollado muchos artículos en este sentido, dando a conocer la experiencia de este tipo de prácticas en países latinoamericanos.
En este sentido, ha citado a diversos especialistas como Ezequiel Baigorria, psicólogo argentino experto en abuso infantil, quien ha conscientizado en Latinoamérica (incluyendo Chile) sobre las amenazas que implica aprobar la ESI.
Sostiene que la bibliografía para la formación docente en esta materia, proporcionada por el Estado argentino, fomenta hablar de masturbación con niños entre 2 a 9 años como una forma “saludable de ejercer y explorar la sexualidad”. Mientras que con preadolescentes de 10-14 años, se puede hablar de los juegos presexuales y sexuales.
Baigorria afirma que “la ESI es una herramienta de transmisión ideológica, porque concibe a la escuela como un ámbito de resistencia; ataca a la familia y a la libertad religiosa”.
En rigor, “la ESI instala la ideología de género como método para adoctrinar y sexualizar a los escolares, y no previene enfermedades de transmisión sexual, el embarazo adolescente o el abuso sexual infantil», como suelen decir sus adherentes.
Carrasco no se ha quedado ahí y ha alertado sobre las eventuales reales intenciones del Gobierno de empujar la agenda de género y de hipersexualización infantil.
En una carta publicada por el portal Ellibero, Daniela expone que #En primera instancia, se presentó un proyecto de ley sobre la ESI que fue rechazado y archivado en 2020. Luego, la ESI se instaló en la propuesta de constitución rechazada por el 62% de los chilenos, que establecía que «toda persona» debía tener el derecho a recibir una ESI que promueva «el disfrute pleno y libre de la sexualidad».
Agregando que, “dado que el español Podemos ha sido inspiración para el frenteamplismo chileno, hay que advertir que estos lineamientos radicales siguen dentro de la agenda del oficialismo de nuestro país” …advirtiendo a continuaciones “por el bien de los niños chilenos, esperamos que este tipo de iniciativas no solo se sigan rechazando, sino además sean denunciadas y condenadas por las fuerzas políticas democráticas”, concluye.
Con todo lo anterior, se espera que, al reactivarse esta agenda, el debate sea arduo, tomando en cuenta que se juegan aristas relevantes del futuro de los niños chilenos y de todos aquellos países en que este tipo de iniciativas, aún no han sido aprobadas.