«Además de soberbios son un poco torpes e ignorantes. Así, la campaña por el Apruebo va a salir mas barata porque el principal promotor de los votos por el Rechazo está en La Moneda».Y es que las desafortunadas intervenciones de la ministra del Interior y Seguridad Pública, Izkia Siches; del ministro de Economía, Nicolás Grau, y del titular de la Segpres, Giorgio Jackson, pusieron al Ejecutivo en su semana más negra desde marzo pasado y cuando quedan exactamente 30 días para el plebiscito en que el país deberá definir si aprueba o rechaza la propuesta constitucional.Entre ellos, comienza a asentarse la idea de que con episodios como los vividos esta semana, terminarán siendo los propios errores y retractos de las autoridades los que terminarán por sellar un eventual triunfo del Rechazo, . La humillación de Siches“lo quiero recalcar, porque parece que a algunos se les olvidó, se pegaron en la cabeza
Frente a ello, la jefa del gabinete debió retroceder a alta velocidad: «Mi frase fue desafortunada, porque claramente tuvo una interpretación que no quise darle. “Quiero retractarme y pedirle las disculpas a todos. El énfasis de mi intervención era más que nada llamar a que nos pongamos de acuerdo”, dijo.
Tras su intervención, desde la Cámara Nacional de Comercio (CNC) salieron enfáticos a responder. Su presidente, Ricardo Mewes, dijo que «no sé cuáles podrían ser los beneficios».Junto con preguntarse «¿cuál es el panorama de una pyme? La pyme va a comprar al mercado, al igual que nosotros, y a su vez, los vende. Si el ministro está pensando que la pyme puede vender más caro, eso tiene un impacto directo en el bolsillo de las personas, entonces, ¿cuál es el negocio?».
Frente a ello, Grau también -igual que Siches- se vio forzado a retractarse públicamente y al día siguiente debió precisar que «Tengo muy claro que lo han pasado muy mal (…) en la misma entrevista dije de forma muy clara y eso es lo que creo que se malinterpretó, que las pymes están es una situación desmejorada».
Jackson, el mesías
Pero hasta ahí los dolores de cabeza para el Gobierno no terminan. Ayer, una nueva bomba auto activada le explotó en la cara al Ejecutivo: Giorgio Jackson, nada menos que el ministro presumiblemente más cercano al Presidente Gabriel Boric, resaltó en una entrevista que su generación estaba moralmente por encima de quienes le antecedieron.
Nuevamente, una ola de críticas, descalificaciones y arremetidas de la oposición. Senadores, diputados y casi todas las bancadas salieron a criticar sus palabras, acusando una actitud arrogante y hasta «prepotente» (sic).
Al retractarse, Jackson dijo desde la sede del Congreso que «no debí haber dicho algunas cosas de ideas políticas de la forma en que las dije, se lo he comunicado desde muy temprano a distintos jefes de bancada dentro del oficialismo, porque creo que no contribuyen en nada al clima que debiésemos tener para sacar adelante una agenda ambiciosa».















