La violencia armada volvió a golpear con crudeza a la Región Metropolitana tras un ataque a plena luz del día en una feria libre de La Florida, donde una mujer y un adulto mayor fueron asesinados a tiros por sujetos armados. El hecho, ocurrido ante decenas de vecinos y comerciantes, reabrió con fuerza el debate sobre seguridad en espacios públicos que históricamente han sido puntos de encuentro barrial.
Según información recabada desde fuentes policiales y reportes de medios nacionales, los atacantes llegaron al lugar y dispararon en reiteradas ocasiones antes de darse a la fuga. La escena generó pánico entre feriantes y clientes, obligando a un cierre de emergencia del sector mientras equipos de Carabineros y del Ministerio Público iniciaban las diligencias para dar con los responsables.
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Doble homicidio en feria libre
El doble homicidio no solo conmocionó a la comunidad local, sino que también volvió a tensionar la discusión sobre el control de armas y la capacidad del Estado para prevenir delitos de alta violencia en zonas residenciales. Vecinos del sector denunciaron una creciente sensación de abandono y advirtieron que los hechos delictuales se han vuelto más frecuentes y más agresivos, incluso en horarios y lugares antes considerados seguros.
El caso refleja una realidad incómoda: la normalización del miedo en la vida cotidiana. Que una feria libre —símbolo de barrio, trabajo y comunidad— se transforme en escenario de una ejecución armada habla de una crisis que va más allá de un hecho policial aislado. La pregunta ya no es solo quiénes dispararon, sino cuánto tiempo más seguirá la ciudadanía expuesta a una violencia que avanza más rápido que las respuestas.















