La candidata presidencial oficialista Jeannette Jara (Unidad por Chile / Democracia Cristiana) intensificó este viernes su ofensiva política con un gesto simbólico de peso: un desayuno de campaña junto a la ex primera dama Luisa Durán — esposa del expresidente Ricardo Lagos — donde revivieron iniciativas sociales y culturales históricas, como Sonrisa de Mujer y las Orquestas Juveniles, con la promesa de incorporarlas en su eventual gobierno.<span class="Apple-converted-space"> </span> Según versiones oficiales, la reunión —realizada en la residencia de Jara— buscó “revisar proyectos sociales exitosos del pasado” como base para “una agenda de oportunidades reales para familias vulnerables hoy”.<span class="Apple-converted-space"> </span>Durán no ocultó su preocupación: dijo temer que esas políticas, que marcaron un hito en su época, “no puedan seguir desarrollándose” si no reciben respaldo político.<span class="Apple-converted-space"> </span> <h3>Jara y Durán se unen</h3> Para Jara, la cita funcionó como una jugada estratégica: aseguró que programas como Orquestas Juveniles deben volver a tener prioridad “porque dieron oportunidades a muchos niños y jóvenes, incluso de zonas vulnerables, para desarrollar carreras artísticas que jamás imaginaron”.<span class="Apple-converted-space"> </span>En su discurso asoma también su propia propuesta bautizada “Sonrisas que Sanan”, pensada como una continuidad moderna de aquellas políticas, con foco en salud, cultura y bienestar social. Pero detrás del tono conciliador se filtran otras señales: la foto con Durán —y otro guiño cercano en tiempo con su desayuno con<span class="Apple-converted-space"> </span>— parece responder a los movimientos de la derecha, donde el candidato<span class="Apple-converted-space"> </span>reunió hace poco al expresidente .<span class="Apple-converted-space"> </span>Con ello, Jara busca apuntalar su candidatura no solo desde lo social —su sello histórico— sino también desde la experiencia institucional y la transversalidad. Para muchos analistas, el desayuno con Durán marca un giro táctico: ya no basta con criticar injusticias estructurales o plantear cambios profundos —esa fue su primera fase— ahora toca revalidar lo concreto, lo probado: rescatar políticas con currículum, dirigidas a los olvidados, desde una narrativa de recuperación. En plena cuenta regresiva para la segunda vuelta, la ex primera dama podría aportar no solo un símbolo: un puente hacia los sectores moderados que aún dudan. Este movimiento, sin embargo, no está exento de interrogantes: ¿será suficiente con revivir viejas políticas para convencer a un electorado fragmentado? ¿O estamos ante un discurso nostálgico que poco opera sobre la urgencia real de millones de chilenos en crisis? Por ahora, Jara apuesta a seducir con memoria social. Pero la pregunta abierta es si ese llamado alcanzará para gobernar.