Fran Maira, es conocida por su locura y por su personalidad, es por esto que la ex Gran Hermano, relató una anécdota extrema, en el programa «The Ellas Show», vinculada a una cita que tuvo en plena pamndmiea pandemia.
Todo inició cuando se fue a Pichidangui desde Santiago, al compromiso con esta persona, pero con el gran problema de que en esos tiempos, estaban en plena vigencia los controles sanitarios.
«Me habló un pendejo de como 18 años y me dijo que fuera a Pichidangui. Yo toda loca, dije obvio, agarré el Metro, Línea 1, llegué a Estación Central y me subí al bus», comenzó la influencer.
¿Pudo lograrlo Fran Maira?
A pesar de que estaba totalmente preparada para el viaje, fue controlada por Carabineros y al no tener salvoconducto no la quería dejar ir. Pero ella se las ingenió para que se lo permitieran.
Aunque logró con éxito eludir el primer control, no estaba dentro de sus planes, un segundo encuentro con la ley en su destino.
«Llegué a Pichidangui, 12:30 de la noche, con 5% de batería, toque de queda. Cuando llego, me bajo del bus y para entrar a la región te hacían una fila para mostrar de nuevo tus papeles y ver si podías entrar a la región», continuó.
Fran logró el objetivo
La suerte la tuvo una sola vez, ya que en Pichidangui le ordenaron que se devolviera a Santiago en el mismo bus, a lo que Fran Maira, obviamente no hizo caso y huyó del lugar.
«Me doy la vuelta, me hago la re hue…. Cruzo la carretera, me meto a un peladero y estaban los milicos. (…) Corriendo con tacos y un bolso por el peladero, perdida, sin batería y de noche», añadió.
Finalmente, coordinó con su cita y el pasado unos 40 minutos la pasó a busca en su moto, permitiendo que esta historia tuviera un final feliz, hasta que se enteró que su cita tenía pareja.
«Yo creo que fue la ‘cita’ más loca que he tenido. (…) Pero al otro día él me dice: ‘Sabes que tengo polola y te tienes que ir’. Me sentí como las hue…, después yo esperando el bus a dedo pelado, desde Pichidangui para devolverme a Santiago», concluyó diciendo, no sin antes decir que este encuentro «no valió la pena. Me pude haber muerto».