Stefan Kramer fue el invitado a un nuevo capítulo del Buenas noches a todos, confesando una de sus etapas más duras: La depresión.
El comediante se sinceró y se refirió al complejo momento que debió enfrentar tras la exitosa rutina en el Festival del Viña del Mar, en el año 2008, donde se robó toda la película y se convirtió en todo un fenómeno mediático.
“Cuando ocurre el hecho de las gaviotas, los aplausos, la ovación, el púbico de pie, tú estás como: ‘Gracias. Qué estén bien’. Te fuiste de ahí y ya es otro día, es otro momento. Al otro día la rutina la repiten como loco en la tele. Lo primero que pensé es que no tengo otra rutina. ¿Qué hago? ¿Repito lo mismo? ¿Cómo lo hago? Se empezó a transformar en una sensación que yo no tenía otro objetivo en mi vida. ¿Qué hago ahora y cómo lo continúo?”, partió contando.
Tras cartón, admitió que luego de su show en la Quinta Vergara “viene ahora esta sensación de cómo me reinvento. Cuando no me fijo un objetivo y empiezo a cachar qué hago ahora, cuando tienes un éxito que fue muy arrollador, empecé a sentirme con angustia de no saber qué hacer”.
Por último, Kramer confesó que tuvo que buscar ayuda para salir adelante. Esto, además del apoyo incondicional de su familia.
“Estuve un año y medio o dos años bien mal, la Paloma me apoyo en todo. Al principio era una situación… pero me sentí apoyado aunque es mucho. Cómo pido ayuda a un psicólogo, cómo este psicólogo derivó en psiquiatra que te da una pastilla, cómo esta pastilla te hace bien pero si tomas más vuelves a sentir angustia”, remató.