“Tren de Aragua” se autodenominó la banda criminal que llegó al país y que trae una nueva modalidad de delitos. Nació en Venezuela y llegó a instalarse en Pisiga Bolivar a solo 2 kilómetros de Colchane, región de Tarapacá.
Su negocio en ese entonces consistía en secuestrar mujeres de familias venezolanas que procuraban cruzar la frontera, de esta forma obligar a sus esposos o parejas a ingresar drogas a Chile.
Javier García, alcalde de Conchane señaló que «hay bastante temor a hacer denuncias, ya que este tipo de organizaciones criminales realmente resulta peligroso para las personas que denuncian». En este contexto es que se reconoció un nuevo modo de trabajo, en el que extorsionan a comerciantes y empresarios del país.
En Reportajes T13 se mostró su nueva forma de operar, en la que conocen todos los datos personales de sus víctimas como nombres de sus hijos, direcciones, cantidad de locales comerciales.
Entre los testimonios de uno de los afectados contó que le pidieron $10.000.000 como pago inicial para proteger su vida, luego debía depositarles $250.000 por cada uno de sus negocios en criptomonedas.
Los registros en audio de las amenazas al empresario durante un día daban detalles de su forma de operar. «Sabemos que tienes unos negocios de comida, carnicería, tu minimarket, tu vaina. ‘Fino’ papá, se te aplaude todo eso, pero tú sabes que aquí, todos estamos trabajando«, se puede escuchar en uno de los audios.
Al menos 15 fueron las denuncias recibidas por Fiscalía de este tipo en la Región Metropolitana, lo que permitió la detención de Luis Ángel Contreras Meléndez y Raúl Contreras Soto; este último perteneció a la Academia Técnica Militar de Venezuela.
Si los responsable son realmente parte del clan delictivo “Tren de Aragua» está en manos de Policía de Investigación (PDI), pero su prioridad es detener a los responsables de estas amenazas.