Los temores de una eventual recesión internacional sumaron una nueva semana de pérdidas para los activos locales.
En particular, el tipo de cambio alcanzó el viernes un nuevo máximo histórico al cerrar en
$936 (2% semanal), como consecuencia de nuevas caídas del precio del cobre que,
durante el viernes llegó a un mínimo de US$3,6; su peor nivel desde
febrero de 2021.
Según el informe de Visión de Mercado, elaborado por el Equipo de Estudios del Banco Santander, si bien la depreciación del peso supera a la de otras economías exportadoras de materias primas, está en línea con los movimientos regionales.
Ello da cuenta del impacto financiero del desarme de posiciones por parte de los inversionistas internacionales, que durante junio acumulan ventas forward de moneda local por US$2.500 millones.
En este sentido, las variaciones del tipo de cambio han respondido principalmente
a variables fundamentales, por lo que una intervención cambiaria tendría un
impacto acotado y transitorio.
De hecho, tras el anuncio de la Dirección de Presupuestos del Ministerio de Hacienda, en el sentido de que próximamente subastaría unos US$5.000 millones, divididos en varias operaciones, la paridad no ha modificado su senda alcista.
Con todo, «observamos cierta desviación en los aumentos del tipo de cambio en el
margen. De mantenerse esta tendencia, podríamos entrar en un terreno que
amerite alguna intervención adicional», advierte el informe Visión de Mercado.