«Cuatro años de un país de mierda. Pero Boric va a cambiar todo… todo va a cambiar Boric, él es el mejor, primera vez en miles de años vamos a tener un país feliz…».
Los dichos de una alegre partidaria del Presidente Gabriel Boric el 19 de diciembre de 2021 (tras conocerse su triunfo electoral) revela las altas expectativas que las promesas de campaña del actual mandatario generaron entre los sectores oficialistas, previo a marzo de 2022, cuando asumió.
Sin embargo, el clamor popular por los cambios comprometidos se aplacó rápidamente. La denominada «luna de miel» o «el despegue», como regularmente se denomina al periodo de instalación de un sector político al mando de la nación, ni siquiera existió.
Así lo demuestran las cifras de apoyo popular y rechazo que marcaron semanal y mensualmente las principales encuestas, en que la seguidilla de tropiezos, volteretas y errores no forzados del Ejecutivo en manos de los conglomerados Apruebo Dignidad y Socialismo Democrático llevaron a Boric a caer rápidamente en el respaldo de la ciudadanía, cayendo de 48% al 39%, a menos de cinco semanas de asumir.
Y en esa tónica se mantuvo hasta cerrar 2022 con un inédito récord de reprobación de 70% en la última edición de la encuesta Plaza Pública-Cadem. Otro triste récord.
Ya no habrá luna de miel
En general, todos los sondeos marcaron cifras parecidas. Todos, sin excepción, con la perspectiva del tiempo, indicaban que Boric, por ser el mandatario más votado de la historia (55,8% de los todos válidamente emitidos en segunda vuelta) contaba con un buen piso para iniciar las «transformaciones necesarias».
Sin embargo, a poco andar, la ilusión se disipó. El apoyo incondicional a la fallida propuesta de Constitución, las sospechas sobre el alto grado de nepotismo al interior del aparato gubernamental, los fallidos intentos de diálogo con las células terroristas en la Araucanía, los errores de su gabinete, el menosprecio a sus predecesores, además del indulto a delincuentes y violentistas, etc.
Según la consulta Cadem-Plaza Pública de la última semana de diciembre, Gabriel Boric terminaba 2022 con un 61% de desaprobación y solo 30 puntos de respaldo, situación que se agravó en la primera semana de este año, cuando se destapó el escándalo de los indultos, y el nivel de rechazo a la gestión del mandatario se elevó al histórico récord de 70%.
Gabriel Boric, cerró el 2022 con un promedio de 36,4% de aprobación, casi 13 puntos por debajo del segundo periodo de Sebastián Piñera (2018-2022) y más de 10 del segundo gobierno de Michelle Bachelet.
El peor de la historia reciente
Si bien, desde Apruebo Dignidad -el conglomerado que respaldó electoralmente a Boric desde el Frente Amplio- se hicieron esfuerzos para instalar en la opinión pública que el cuatrienio de Piñera sería el peor de la historia, las cifras demuestran que no fue así.
Al comparar los niveles de aprobación y/o rechazo entre el último presidente de derecha y Boric, las cifras revelan profundas diferencias.
Según el sondeo que semanalmente aplica Cadem, si se comparan las primeras tres semanas de gestión o instalación después de asumir entre Boric y Sebastián Piñera (11 de marzo de 2018), el antecesor de Boric nunca bajó del 50% de respaldo, oscilando entre 51%, 54% y 58% entre la segunda y la última semana de marzo.
Boric, en cambio, nunca superó el 50% de apoyo en sus primeras tres semanas de instalación, promediando 48% en dicho lapso.
Ahora, si se miden los primeros seis meses de gestión (marzo a agosto), conocido como el periodo de Luna de Miel, en el porcentaje de Rechazo de la población medido en la encuesta Cadem, Sebastián Piñera promedió 29% de reprobación, mientras que Boric en el mismo periodo alcanzó 49,5% en promedio, poco menos de la mitad de los consultados.
En el caso de la comparación con Michelle Bachelet, la ex mandataria -en su periodo de Nueva Mayoría- también supera a Boric en aprobación durante su primer mes de gestión, con 53%, cinco puntos más en promedio que el actual Presidente.
Si se observa el rendimiento de los primeros seis meses en cambio, la única mandataria mujer de Chile también supera al Presidente más votado de la historia, alcanzando 50,5% de respaldo, superando en al menos un punto a Boric.
Pincelada para la historia
Así, pese a lo que el propagandismo progresista ha intentado instalar, el las cifras globales, tanto en términos de Aprobación como de Rechazo, Gabriel Boric supera por mucho a sus dos antecesores, transformándose en el mandatario de peor índice de respaldo ciudadano de los últimos tres periodos presidenciales.
Ello se desprende de las siguientes cifras, todas levantadas de la encuesta Cadem -de carácter semanal, y por consulta telefónica-, donde Piñera alcanza 50% de aprobación en su primer año de gestión, contabilizando desde su asunción a la última semana de diciembre de 2018.
Esto implica que Piñera supera por casi 13 puntos los 36,4 puntos obtenidos por Boric al cabo del periodo marzo-diciembre.
Bachelet en tanto, marca un 46,7% de aprobación a la forma cómo los encuestados califican su desempeño durante su primer año de gestión, superando al mandatario actual por casi 11 puntos.
En tanto que en materia de Rechazo, la estadística muestra que Boric supera con creces el rendimiento de sus antecesores. Con 54,6% de reprobación, el actual Presidente de la República está por encima de Piñera por 18,5 puntos, en tanto que a Bachelet le supera por más de 17 puntos de rechazo.
Qué dice la opinología
Para el analista y académico de la Universidad de Talca, Mauricio Morales, la frase clave de este primer periodo para Boric es “Gobernar con miedo”.
“Si el primer semestre de 2022 el gobierno generó expectativas y esperanzas de cara al proceso constitucional, el segundo semestre estuvo marcado por la frustración: ganó fácil el Rechazo, el país cayó en una profunda crisis económica, la delincuencia está liderando la batalla, hay un peligroso descontrol migratorio, y la tensión entre los poderes del estado es evidente, en especial por la nominación del nuevo Fiscal Nacional.
En tanto que para Roberto Izicson, gerente de Cadem, el problema está en que «un gobierno con dos coaliciones y tres almas parece insostenible en el largo plazo. Pero este no es un problema del nuevo gabinete. Es de la falta de consistencia en las decisiones del presidente. La ministra de Justicia pudo haber cometido errores graves, pero la instrucción del indulto la tuvo que dar él y además lleva su firma».
Añade que «El Presidente Boric comienza el 2023 con un nivel de desaprobación muy alto (70%), en un año donde es muy complejo recomponer su relación con la opinión pública. Las consecuencias estarán por verse, pero con un capital político tan afectado vamos a tener que estar atentos a cómo pueden avanzar (o no) sus principales reformas (tributaria y pensiones) en el Congreso, a como quedan reconfiguradas las fuerzas políticas en el gabinete».
Análisis Cadem
En tanto que el ex asesor del Presidente Patricio Aylwin, Ernesto Ottone, comentó que «este es un gobierno que está en una situación muy misérrima de apoyo popular.
«Es un gobierno de minoría. Boric es como que tuviera dos personalidades. Una que se da cuenta de eso y de que está a cargo de un Estado. Y que por lo tanto tiene que dar pasos para establecer políticas públicas para hacer los cambios de acuerdo a la voluntad de la gente, que es lo propio de la democracia. Escuchar. Porque no está el horno para bollos. De una parte está eso y de otra parte está su otro yo, que es un yo doctrinario, revolucionario. Y ese yo tiene que responderle a los suyos, a la tribu, al lote», remarcó.