En plena campaña presidencial de segunda vuelta, el senador Iván Moreira (UDI) protagonizó este jueves uno de los momentos más tensos de la temporada cuando fue encarado en vivo en un matinal televisivo por su inexplicable giro público hacia el abanderado José Antonio Kast.
El episodio, que rápidamente encendió redes sociales y pasillos políticos, expone no solo una inconsistencia discursiva del histórico gremialista, sino también la presión que enfrentan las figuras tradicionales de la derecha ante la inminente disputa por La Moneda.
Moreira, conocido por su frontalidad y estilo combativo, se vio obligado a responder a las críticas del senador Juan Luis Castro (PS) —quien lo enfrentó directamente al aire— por haber defendido hoy al líder del Partido Republicano, pese a que en el pasado reciente lo había acusado de ser “nazi”, “mala leche”, “hipócrita” y llamó a “nunca más votar por él” tras un cruce por la postura de Kast frente al conflicto en Gaza y otros temas públicos.
La voltereta política que explotó en vivo
La escena incómoda ocurrió en el matinal Tu Día de Canal 13, donde Castro le reprochó la evidente voltereta política: “Tú has dicho que es nazi, que es hipócrita… ¿ahora lo respaldas?”, lanzó el parlamentario oficialista, dejando a Moreira sin escapatoria fácil. El senador de la UDI reconoció que sus expresiones del pasado fueron “pasionales” y que “se le pasó la mano” en algunos epítetos, pero justificó su actual apoyo a Kast argumentando que “hoy importa el país, no la disputa personal que pude tener con él”.
Este episodio desnuda una fractura interna en la derecha chilena, donde figuras con décadas de trayectoria como Moreira han tenido que ajustarse a los nuevos equilibrios que impone la campaña y la alianza con sectores más radicales del espectro político.
La contradicción entre sus declaraciones de 2023 —cuando cuestionó a Kast por sus posturas frente a temas internacionales y le reprochó incluso su defensa de ciertas políticas— y su actual respaldo ha generado reacciones en distintos sectores: desde aquellos que ven una traición a principios ideológicos hasta quienes lo interpretan como una movida pragmática ante la posibilidad real de que Kast llegue a La Moneda el 14 de diciembre.
Analistas políticos consultados en medios nacionales señalan que el caso de Moreira revela algo más que una pelea televisiva: expone la tensión entre coherencia doctrinaria y conveniencia electoral dentro de la derecha tradicional chilena.
A medida que se estrechan los plazos hacia la segunda vuelta, figuras como Moreira, con larga trayectoria en la UDI y vínculos incluso con sectores críticos del Republicano, enfrentan el desafío de mantener su influencia sin alienar a una base votante cada vez más polarizada y exigente.















