En un nuevo capítulo de tensión en la recta final de la campaña presidencial chilena, Jeannette Jara arremetió con fuerza contra el comando del candidato opositor José Antonio Kast, apuntando directamente a su equipo y dejando entrever una estrategia de opacidad y miedo al descontento social.
La candidata oficialista afirmó que el vocero de Kast sabe detalles sobre los recortes de US$ 6.000 millones en el presupuesto estatal, pero los mantiene ocultos porque “dañan a la gente” y podrían generar estallidos sociales si se hicieran públicos.
El cruce se desató luego de las declaraciones de Rodolfo Carter, vocero de Kast y senador electo, quien en tono casi técnico comentó que si se divulgaran las áreas de donde saldrán los recortes presupuestarios, “el país se paralizaría” y “la calle se incendiaría”.
Según la red social de Jara, las palabras de Carter evidencian que hay un plan concreto que afectaría derechos sociales sensibles, pero que el comando republicano se rehúsa a debatirlo abiertamente por temor a la reacción ciudadana.
Jara acusa trama de opacidad
La respuesta de Jara se produjo mientras intensifica su campaña en regiones clave del norte del país, en un movimiento que busca ampliar la base de apoyo y cuestionar el discurso de seguridad y austeridad fiscal de Kast, que ha repetido que su proyecto implica “continuidad con cambios” y la necesidad de reordenar el gasto público.
La candidata ha insistido en que la exigencia de transparencia no es retórica electoral, sino una demanda de claridad sobre cómo afectarán esos recortes a programas sociales, pensiones y servicios básicos.
La polémica llega en un momento crucial: quedan pocos días para la elección del 14 de diciembre, y ambos bandos han elevado el tono de sus campañas. Mientras Jara acusa a su oponente de esconder propuestas “clandestinas” y dañinas para la población, desde el comando de Kast han minimizado las críticas argumentando que presentarán su plan de gobierno completo solo tras la elección, en marzo de 2026.
Este silencio estratégico ha intensificado las sospechas de la oficialista y de sus adherentes, quienes señalan que ocultar las medidas reales hasta después de la elección es una táctica irresponsable en democracia.














